Finalizando el año [Jueves, 29 de diciembre] Con este viaje pretendíamos escapar de la sobredosis de sofá y televisión. Necesitábamos ejercicio, salir de casa. Los días 24 por la tarde y 26 por la mañana también estuvimos trabajando un poco. Con una sulfatadora aplicamos a las paredes de piedra una lámina de una especie de barniz incoloro al agua para evitar la caída de la arena del mortero. El viernes a la una del mediodía salíamos para Pinseque, habíamos quedado en Zaragoza con los amigos para tomar cañas. |
Ya en el pueblo, después de saludar a mi madre y almorzar, llamé Ignacio para que me ayudara a bajarla del coche, pesaba más de cuarenta kilos. A las doce me ponía a lijar. Fueron un montón de horas pasando la máquina con lija de 180, un mínimo de dos veces por tarima. En un tramo en el que estaba muy sucia tuve que usar la lija de 120. Era la primera vez que utilizaba esta máquina, el resultado final así lo delata. Se nota cómo en las paredes donde había que levantar el rodillo la lija ha profundizado demasiado en la madera. A pesar de ello estoy satisfecho con lo realizado, creo que ha quedado a punto para barnizar. El sábado, después de cargar la máquina en el coche con la ayuda de Kepa, salía para a las doce para Pinseque. |
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Los azulejos de la cocina [Viernes, 19 de noviembre] De nuevo el viernes fuí a Ganuza para regresar a Pinseque el sábado a las doce, quería llegar a comer. Prácticamente dediqué todo el tiempo a cubrir con azulejos al trasdosado de la cocina. No me quedó muy bien, aunque falta por llenar de pasta las juntas y esto se supone que mejorará el aspecto. |
El domingo por la mañana salimos para Zaragoza muy cansados, el viernes y el sábado fueron jornadas muy largas. |
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Como se puede ver en las fotos, no conseguimos rematar la faena. Mientras, Pili se dedicó fundamentalmente a limpiar las paredes de piedra del interior de la vivienda. El jueves por la mañana apenas pudimos trabajar, la lluvia se interpuso en nuestro empeño. A las doce y media salíamos para Pinseque. Como pilares para sujetar la puertas se han utilizado dos vigas de madera laminada de 100 x 200. Previamente las protegimos con un «lasur» al agua específico para madera de exterior. Cuando tengamos tiempo añadiremos un tejadillo que proteja la madera. |
Hemos visto cómo ha quedado la tapia, no he participado en el remate de la misma y me ha penado, hubiera querido estar ahí. Ya sólo queda hacer la puerta. Va a resultar una tarea un poco complicada, por la cantidad de escombro que se va a generar, y muy laboriosa. Estoy muy contento con este paredón, se han metido muchas horas para sanearlo y rehabilitarlo pero ha merecido la pena, ha mejorado la estética de la calle, creo que va a ser una magnífica tarjeta de presentación para la casa. |
Lo más llamativo fue que después de más de un año volví a bajar al pozo para seguir sacando escombro, tiene ya una profundidad que da un poco de miedo. Montamos una polea sobre una escalera de tijera, Pili se encargaba de tirar de la polea y sacar la «caldereta» de escombro. De esta forma avanzamos mucho. Hacía mucho calor en el pueblo. El domingo a las diez y media de la mañana salíamos para Pinseque, nos esperaba una temperatura de 39 grados, la casa la encontramos a 26,5 grados. |
El miércoles a las 18,30 h. salíamos para Pinseque, contentos pero agotados. |
De vacaciones I [Lunes, 1 de agosto] Este viaje tiene algunas peculiaridades que lo hacen muy especial. Viene conmigo Pili, Canela hace 15 días que nos dejó, estamos de vacaciones y vamos para varios días. Esto es lo peculiar, el resto son rutinas aprendidas hace ya meses. Yo sigo pintando techos y Pili prepara los pilares y las vigas de soporte para, posteriormente, barnizarlo con «Pino Oregón». El Martes se acercaron Javier el electricista y Kepa, su amigo y carpintero. Javier me dejó dos cajas de distribución para empotrar y a Kepa le enseñé lo que había que hacer: poner la tarima del suelo y hacer la escalera. Me gustó, me dejará trabajar con él, hacer de ayudante. Por fin voy a trabajar con un carpintero. Los días no dieron para mucho. Hicimos alguna escapada a la Venta de Larrión, una de ellas con los sobrinos, a tomar cerveza de trigo. El jueves salimos de Ganuza a las 12 de la mañana en busca de nuestra casa, en busca de un descanso necesario. |
Pintando IV [Jueves, 7 de julio] Hemos cogido dos días de vacaciones, Pili se queda en casa con Canela yo me voy al pueblo por la ruta de siempre, a la hora de siempre. Paso por Estella, tengo que ir a Bellarra, necesito más barniz para las maderas. Entre el jueves y el viernes me dedico de nuevo a pintar y para no sucumbir al aburrimiento del rodillo y la paletina, dedico unas horas cada día a preparar la tapia, liberando las piedras de esa unión de mala calidad. El sábado a las doce y media salgo para Pinseque. |
Pintando III [Viernes, 24 de Junio] La rútina se repite, madrugo para ir a Ganuza y el sábado a la una del mediodía salgo para Pinseque. En esas 14 o 15 horas de trabajo lo único que he hecho ha sido pintar el techo. El yeso que hay entre viga y viga. A pesar de contar con un andamio que facilita las cosas, acabo con el cuello dolorido y contracturado. Estoy harto de pintar. |
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No sabíamos qué tinte elegir para las vigas del techo. Al principio pensábamos que lo mejor sería nogalina, al final las hemos tintado con color de pino. Este es el resultado. Nos gusta. No sé si es lo que queremos, no es definitivo. Estuve muchas horas pintanto, acabé muy cansado. A la una y media del sábado salía para Pinseque, habíamos quedado para tomar copas con Olga y Santiago. |
Por la tarde me puse a realizar los deberes que me había dejado: bajar tres tubos desde el tejado por la chimenea de aireación. Esto me costó bastante tiempo y una buena dosis de paciencia, también coloqué el cable de cobre que conectará la caja de distribución con la la barra de la toma de tierra. A la mañana siguiente, sábado, me dediqué a dar una imprimación especial de pintura a las paredes que no eran de piedra (pladur y yeso). A las doce y media salía para Pinseque. Intenté plasmar una salida muy colorida del sol pero no obtuve buenos resultados, esta fotografía es lo mejor que pude conseguir. |
Al día siguiente, sábado, salí muy pronto para Zaragoza, habíamos quedado para comer en Utebo con Olga y Santiago. |
Pero lo más reseñable fue ver la chimenea que han montaron Angel y Patxi a lo largo de la semana, aún habrá que hacer dos más, pero ésta es la más importante por que por ella saldrán los humos de la calefacción de biomasa. También intentaron acabar con una gotera «sistémica», es el tercer intento que se hace, a ver si esta vez da resultado. |
Nota: le llaman encintar a cubrir la juntas entre placas de yeso con un unas tiras de papel microporoso, estas cintas se tratan con una pasta especial. |
Encintando [viernes, 15 de Abril] Pili tiene fiesta, no la tengo que llevar a Zaragoza con lo cual podemos levantarnos un poco más tarde. Salgo a las 07:45 h. para mi pueblo. Nada que reseñar en el viaje de ida. El viernes y la mañana del sábado las voy a dedicar a encintar, soy malísimo y muy lento, y a sacar la piedra de la pared de la huerta, lo que será el jardín. A las 12:30 h. del sábado salgo para Pinseque, por la tarde hemos quedado con Olga y Santiago. En la carretera que va de Fustiñana a Tauste paro unos minutos para hacer unas fotografías a las estribaciones de las Bardenas Reales. |
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Tratando las vigas de madera [Viernes, 26 de febrero] De nuevo madrugamos, llevo a Pili a la Uni y salgo para Ganuza. Esta vez voy por la autopista hasta Calahorra, estoy un poco aburrido de ver siempre el mismo paisaje, lo he recorrido demasiadas veces. Hoy no hay gremios, estaré sólo, podré ir a mi aire. Una de las caras de los tabiques ya está colocada.
Lo más reseñable fue el temporal de agua y nieve que cayó y que cubrió la sierra de blanco. Además nos quedamos sin cobertura telefónica. Como no hice ninguna fotografía a la obra, acompaño estos párrafos con una fotografía del pueblo. |
A las 18:30 horas salgo para Estella con el remolque de Barco. En Almacenes Belarra cargo 15 placas de yeso, el remolque aguanta bien la carga pero el coche iba mal, se nota que tiene demasiados años. Haciendo cálculos posteriores compruebo que hemos cargado casi 600 kilos, una barbaridad, la carga máxima de remolque es de 400 kilos.
Esta última fotografía corresponde al trabajo de pladur realizado por Zipo y sus chicos. Demasiadas esquinas que resolver y demasiados huecos que tapar. |
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Se nota que las cámaras de los móviles han entrado en las obras, se toman las fotografías a muy baja resolución y en unas condiciones lumínicas poco apropiadas. Las tres últimas fotografías añadidas en este diario así lo confirman. |
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A la mañana siguiente me dedico a «arreglar» con yeso la pared que será cubierta por el pladur, es una recomendación de Rubén, hay que ser un poco curioso. Trabajo mal y lento con el yeso pero consigo cubrir las partes que más lo necesitaban. A la una salgo para Pinseque. Estoy muy cansado, no tanto por lo que he trabajado sino por que acumulo sueño y cansancio, necesito parar. Por la tarde pensabamos salir con Paola y José Luis, pero un compromiso les impide quedar con nosotros. No bajamos a Zaragoza, nos quedamos en casa, a pesar de que nos apetecía mucho verlos, ¡qué bien! El domingo vienen a comer Kako y Teresa. |
Por la tarde tengo que bajar a Estella a comprar tacos para bridas, he tenido que sacrificar la siesta. Una vez en casa me pongo a montar los tubos que faltan para alimentar los radiadores que irán por la fachada. Después me dedico a empotrar la caja que va a contener los colectores, lo hago con mortero, me cuesta mucho y sospecho que no lo he hecho bien. A la mañana siguiente sigo poniendo el resto de tubos, en este proceso se suelta la caja que había empotrado el día anterior. Cuando ocurren estas cosas, aunque no te sorprendas, «te pones de mala hostia». La saco del todo, la atornillo como puedo a los costados y relleno los huecos entre la caja y la pared de espuma de poliuretano. Creo que ahora quedará bien. El material empleado es tubo multicapa recubierto con una capa de aislamiento, a cada radiador llegarán dos tubos desde el colector, será un circuito cerrado, se utiliza más tubo pero se minimizan las conexiones y con ello los riesgos de fuga. Las conexiones de estos tubos a los radiadores y el colector se hacen con «tornillería», una gran ventaja para los bricoladores. A las 12 dejo de trabajar, almuerzo y rápidamente me voy a hacer algunas fotografías a la senda de la muga de Aramendía. A pesar de la brevedad del paseo acabo reventado, ya no aguanto las pendientes. A la una y diez, después de despedir a mi madre, salgo para Pinseque, por la tarde hemos quedado para tomar vinos. |
Los reyes magos [Miércoles, 6 de Enero] Nos vamos los dos a Ganuza, Pili hace tiempo que no ve a mi madre y aprovechamos esta mañana para hacerle una visita. Canela, como siempre, se queda en casa, no está para coches. El viaje es un placer, por carreteras autonómicas, sin pasar de 100, hablando de lo divino y de lo humano. Después de dos horas llegamos a Ganuza, encontramos a mi madre bien, animada porque ya se acababan las navidades. Se cansa mucho. Pili se queda charlando con ella, yo me dirijo cual jubilado a echarle un vistazo a la obra. Sé que no ha cambiado nada, pero me gusta observar lo que se ha hecho y sobre todo lo que queda por hacer. La temperatura es fría. Al cabo del rato baja Pili y vuelvo a dar una vuelta con ella por todas la plantas, quiero que se empape de lo ya hecho, de lo que queda por hacer, del proyecto, de la ilusión, … Por una vez en varios años Pili cambia, ya no ve aquéllo como un obstáculo en su vida, empieza a intuir las posibilidades de lo que estamos haciendo, … Le pregunto si ha cambiado de opinión respecto al proyecto de Ganuza, me contesta con un si moderado, carente de entusiasmo, pero un sí. Esto es un cambio radical, si hemos llegado hasta aquí con sonoros desacuerdos, me imagino a qué o a dónde podemos llegar estando los dos de acuerdo. Este acto de conciliación no sólo va a estimular las obras en Ganuza, también nos va a hacer más cómplices, nos hacía falta, en esa vida diaria y doméstica que vamos pasando con más pena que gloria. Es un gran día y me felicito por ello. Estoy seguro que este cambio va a mejorar notablemente nuestra vida. La perspectiva, a pesar del estado de nuestra perra, ha cambiado, se dibujan nuevas posibilidades en el futuro más inmediato, se empiezan a abrir otras vías que prometen transportarnos a un mundo un poco más coherente con lo que deseamos. |